LA MADRE DE PILOTO

Si vas a una carrera, o miras un programa de televisión, verás que todos hablan del pilotos, del mecánico, del chasis, del motor … pero nadie presta atención a ella “La Madre del Piloto”.

Nadie ve que de atrás del cerco del circuito hay alguien que mira y reza, que sonríe y llora al mismo tiempo. Que su corazón reboza de alegría ante el triunfo y se destroza de sufrimiento y dolor ante la caída. Que antes de ir a la carrera prepara con cariño y amor el buzo, para que el piloto luzca como el mejor.

Que piensa en todo: la comida, el mate, las bebidas, que no falte nada para que el domingo sea perfecto. No es fácil ser “La Madre del Piloto”, una mezcla de emociones desfilan por su mente: es necesario el triunfo para que se sienta feliz, pero está el peligro del golpe que duele y desespera.

Reza, pide, implora, quiere que gane, pero que no se golpee. Y la incertidumbre no llega a su fin, hasta que termina la carrera y comienza nuevamente la próxima competencia.

“La Madre del Piloto”: nadie se da cuenta, pero allí está, no pide nada, solamente da, alienta, acompaña, aconseja y cubre de cariño encontrando domingo a domingo sus emociones mezcladas y su corazón palpitante hasta el final de la competencia.

MÁS NOTICIAS